Editorialismo
En mi opinión, no existen muchos cambios en las formas y maneras del editorialismo en nuestro país. Desde siempre sirve para generar opinión, dar a conocer, aconsejar, explicar y como no, para manipular. Desde el editorial al ensayo, pasando por la columna, el editorialismo ha sido utilizado por los medios para dejar clara su postura ideología o religiosa, pero también para que los consumidores de estos medios entendieran un poco mejor el mundo en el que se mueven.
Quizás una de las pocas diferencias que se me ocurren, es que los temas a tratar sean un poco más banales. Los géneros de opinión, siempre se han caracterizado por tocar temas transcendentales o profundos e incluso en algunos casos filosóficos, pero hoy en día los temas son mucho más variados y en la mayoría de los casos menos relevantes. Pero el fin último, el de opinar, el de dar un punto de vista único, sigue presente en todos los géneros de opinión, donde las noticias se encuentran personificadas en la voz, en este caso la letra, de una determinada persona.
Estos géneros siguen siendo tan importantes como antes, y una de las razones es la libertad que se muestra en ellos. Sus autores, dejan de lado las exigencias de la transmisión de información clásica, para ir un paso más allá, contextualizando, analizando y valorando la información que transmiten a sus receptores.
En cuanto a sus finalidades y formas de uso, podemos decir que son prácticamente las mismas. La finalidad básica del editorialismo es la interpretación de las noticias o hechos noticiosos, no se deben quedar en una mera exposición de hechos y datos, sino que han de profundizar en los motivos y en las consecuencias. En definitiva fue, es y será, un arma muy poderosa para los medios de comunicación, que a través de ella pueden avivar o disminuir el dialogo social, generar opiniones, resaltar contenidos o noticias de su interés, e incluso manipular a los receptores para obtener beneficios de cualquier tipo
Otra de las pocas diferencias que encuentro entre el editorialismo moderno y el clásico, es la menor relevancia del actual. En mi opinión, esto viene dado por la cantidad de medios existentes hoy en día, ya que cada uno de ellos cuenta con sus propias páginas o espacios de opinión. Antiguamente, al existir un número de medios mucho más reducido, todo lo que se decía en ellos, era absorbido por parte de los receptores con mucho mas interés y credibilidad. Hoy en día, salvo raras excepciones, los periodistas son meros transmisores del mensaje de un gran grupo editorial o empresarial, que marca las pautas de lo que debe ser interesante y lo que no, y esto los receptores lo saben.
Por todo esto, hoy en día, los consumidores de medios de comunicación no son tan influenciables por los géneros de opinión, ya que además nos encontramos con receptores mas formados y analíticos, que normalmente ya generan su propia opinión, y lo que buscan en los medios es ratificarla. Por esto, en nuestro país, la gente de derechas en su mayoría lee El Mundo y escucha La cope, o los de izquierdas leen El País y escuchan la Ser, porque lo que buscamos, es que la información nos llegue desde un punto de vista afín, que conozcamos y sintamos como propio.
En conclusión, al encontrarnos con unos receptores más capaces y despiertos y con unos medios más abundantes en número y especializados, los contenidos de opinión han de ser más elaborados y profundos para poder ejercer algún tipo de influencia. En mi opinión, el futuro del editorialismo pasa por reducir su presencia y aumentar su calidad, con esto quiero decir, que el espacio y el tiempo dedicado a la opinión debe reducirse, y además las personas dedicadas a generar contenidos, han de contar con una mejor formación y una mayor bagaje cultural y profesional.
Adrián Díaz García
4º-Periodismo
No hay comentarios:
Publicar un comentario